- Joder, pinguinos fuera de un Zoo -No doy crédito. Sonrio como un niño mientras les veo dando pasitos incómodos en el islote. Estan rodeados de miles de otros pajaros. Distingo pelícanos, pero solo me fijo en los pinguinos. Y vuelvo a sonreir.
- Joder, pinguinos, que simpáticos -se me cae la baba.
La lancha gira en un ismo de la isla y nos quedamos sin palabras. Un centenar de focas descansar en una playa.
- Joder, focas - no me lo puedo creer.
Algunas juegan en el agua. Dos machos discuten. Una hembra acaricia con su cuello a su cria.
- Joder, focas. Estoy viendo focas - increible. Soy un niño.
Una vez terminado el tour nos vamos a la Reserva Nacional de Paracas; un desierto bellisimo pegado al mar. Y se nos ocurre hacer un treking de 35 km por sus pistas.
Los colores del desierto combinan bien con los del mar. Las piernas se cansan y no importa. Los pajaros quedan suspendidos por el viento mientras giran sus cabezas en busca de su próxima captura. Algunas dunas son rojizas, otras de color canela. Despues de 20 km llegamos a un pueblecito de 4 casas y un restaurante pegadito al mar. Decorado con las barcas de pescadores y pelícanos. Decidimos volver a Paracas a pie. Anochece en el desierto cuando atravesamos una playa plagada de flamingos.
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