11 may 2009

DESPEDIDA

Un hombre puede ser muy sabio, pero no lo será de manera perpetua. Tiene, al igual que el resto, sus momentos de lucidez y sus estupideces.
Este viaje nos ha hecho más sabios, aunque supongo que esta lucidez no durará mucho.
Hemos aprendido algunas lecciones de carrerilla; como ser felices sin plata en los bolsillos, con el ánimo que nos han aportado la calidez de la gente peruana y la belleza de su pais. Y, desde luego, hemos redescubierto nuestra amplia capacidad para que aún nos siga sorprendiendo gratamente esta vida y este mundo.

Este viaje tambien nos ha hecho más sensibles. Aún estoy conmovido por ver como, en un autobus urbano de Lima, un chaval nos cantó 2 canciones con el alma rota y cansada, intentando convencernos para que le comprasemos turrones de Arequipa por 0´15 euros y poder, así, cenar ese día. Tambien recuerdo el noticiero que informaba sobre la muerte de una niñita electrocutada con un cable mal pelado en su casa. Su padre y un hermano subieron la caja a un cerro y, a falta de dinero, tuvieron que cabar durante 4 horas la sepultura de su hija, hasta que ya no pudieron más, de cansancio, derrota y oscurecido. En Lima tambien aprendimos de la trista historia de terrorismo de Sendero Luminoso.
Pero sé que los buenos momentos sobrepasaron con creces a los malos. Desayunando en el rio Madre de Dios, en el Amazonas, nos dio por compararlo con nuestros desayunos en Valladolid, así que no paramos de reirnos de nosotros mismo.

Ha habido tiempo para todo. Si, incluso para un partidito en medio de la selva (aunque no lo parezca, el Pepe esta en forma y me ganó 3-4)


Nuestro inicio y fin ha sido Lima. Mal rostro para un país así. Ciudad orgullosa sin merecimiento, desprovista de las cualidades del resto del país. Sin embargo, encantadora cuando logras mantener su pulso acelerado.


Y sus colores. Creo que nunca he disfrutado más de los colores. De la tierra. Del cielo. De la noche. De la ropa. De la fruta. De las bebidas. De las comidas.

Un mejicano nos dijo en Machu Picchu que nunca había comido tan bien como en España y Peru.
Si, hemos disfrutado de las comidas... y de la cerveza cuzqueña.


Ha sido facil disfrutar de la compañia; peruanos, colombianos, mejicanos y argentinos. Nos hemos llevado muy bien con mucha gente. En especial la familia de Amanantini, en el Titicaca. Lo curioso es que, ahora que lo pienso, no creo haber compartido una sola conversación con españoles.
Supongo que, simplemente, es que apetece mucho más lo desconocido.
No ha gustado ver como las tradiciones antiguas permanecen en lo cotidiano de la vida. Su forma de vestir y ser hospitalario. Nos hemos disfrazado en alguna que otra ocasión, aunque para ello tuvieran que hacerme un sombrero de talla especial que pudiera acomodarse al tamaño de mi cabezota y no resulto fácil.


Y este viaje se ha terminado. Mañana saldrá nuestro vuelo hacía Madrid y solo queda cerrar alguna puerta, como la de este blog.


Supongo que debereis saber lo que hemos agradecido vuestras noticias y comentarios. Durante estos días también ha habido tiempo para añorar y echar de menos, pero leer vuestros comentarios ha sido una verdadera gozada.

Muchisimas gracias por seguirnos. Acaba de anochecer en Lima y la luna esta llena.

Desde Peru, dulces sueños y hasta pronto.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya... creo que llamaste después de beber esas jarras de sustancia azulada... increíble. Por cierto, después de varios intentos frustrados, he logrado enviar un comentario. que tengáis buen viaje de vuelta.

Fina dijo...

Que bien escribes,FIERA!!!.Buen viaje de vuelta. Mil besos

David dijo...

Nunca fui a Peru, pero mis amigos dicen que es un país hermoso para disfrutar. Me han recomendado muchas ciudades pero por sobre todo me dijeron que vaya a Machu Pichu, entre otras ciudades. En general cuando voy de vacaciones suelo ir a hoteles 5 estrellas, aunque allí hay muy buenas cabañas para hospedarse